Es esta una obra extraordinaria. Uno de esos libros qué aparecen de tanto en tanto y que consagran definitivamente a un autor.
Decir que mereció el premio Goncourt, la máxima distinción que se otorga en Francia a los literatos, bastaria ya para merecer la consideración de cualquier lector.
Pero este libro, es algo más que un premio Goncourt.
Cuando se muestra la miseria humana en todo su deprimente rea- lismo, cuando se hurga en los vericuetos de la conciencia, francamente, simplemente, afrontando con valentía el problema social y no buscando el éxito por el camino fácil de una literatura escabrosa, sino con el fin de demostrar que en el ser más abyecto, en la miseria más cruda, siempre hay algo donde hacer pie para empezar a construir... es necesario ser un escritor de talla excepcional para conseguirlo. Y además, Van Der Meersch logra lo que sólo consigue el artista: emocionar, conmover....
Católico, transmite su fe a tra- vés del realismo de las situaciones, sin velos, sin hipocresías, y logra demostrar lo que se propone: que el espíritu triunfará siempre de la materia. Y como en la parábola de Jesús, nos enseña a apreciar lo bueno y lo bello de todas las cosas.
Libro ameno, ágil, siempre inte- resante: CUERPOS Y ALMAS es una novela universal y por ello no es de extrañar que haya sido traducida a todos los idiomas.